lunes, 16 de enero de 2017

ACTÚA SABIAMENTE Y ESPERA




ACTÚA SABIAMENTE Y ESPERA



Aprende a contrarrestar los estímulos negativos.
Y usa la Estimulación sensorio-sicológica global positiva y espera cosechar bienestar y mejor salud.
Si procuras que el tecno-estrés no te haga daño, lograrás neutralizar gran parte de la carga a que nos somete el sistema y podrás conservar la salud y alargar tu vida.
Utiliza la SOSTER y el tecno-estrés no conseguirá lesionarte seriamente.

Si no actúas con perspicacia caerás en alguna de las muchas trampas que coloca el consumismo y no verás el peligro que existe tras los placeres momentáneos que te ofrece el sistema cada día más tecnocratizado y antinatural.




Aprende a esperar.

El que corre no ve con tanta claridad las cosas que pasan a su lado.


Observa, analiza y después actúa sensatamente, no te dejes llevar por todas las emociones que te afloran como consecuencia del bombardeo de estímulos; intenta ser selectivo en todo momento.



Sujeta atentamente de forma consciente, con firmeza tu corazón.

Aplícale el freno como a caballo desbocado y oblígale a calmarse.

Para que sus latidos sigan siendo potentes y la sangre pueda alimentar tu cerebro que tiene el control de las funciones vitales.

Facilítale la labor de que pueda seguir siendo el capitán de tu barco.

No estás en ignorancia de tu naturaleza perecedera; de que la vida es maravillosa, pero frágil; y de que quienes te aconsejan tampoco se libran de tener que vigilar atentamente lo que dicen y lo que hacen.




Si buscas gozar de mejor salud y una larga vida debes esforzarte por dedicar tiempo a investigar y reflexionar profundamente en tu cuerpo, mente y espíritu, para conocerte a tí mismo lo máximo posible.



Si te mantienes plenamente consciente de que en todo momento tienes un cuerpo, una mente y un espíritu, que indivisiblemente forman tu persona, ya has dejado atrás la ignorancia que hace que muchos no sepan por donde van.

Muchos han llegado a creer y tranquilamente lo aceptan que pueden hacer con su cuerpo lo que sea, sin que su mente se vea afectada.

O viceversa.
Y hasta lo piensan del espíritu.


Pero eso no es la realidad. “La ignorancia es atrevida”.

No ven la importancia de aprender lo que a todos se nos tendría que enseñar para saber cuidarnos.


Pero tú...¿qué sabes de ellos?

Aquí reside el secreto de una mejor salud y una vida más plena y longeva.

Cuanto más te conozcas a tí mismo, más capacitado estarás para tomar decisiones vitales.
Podrás hacerte responsable de los cuidados que tu persona reclama.
¿Cómo evitarás los errores que pueden perjudicar tu salud, aumentar tu sufrimiento y acortar tu vida?
Y ¿cómo reconocerás quién es un buen consejero y terapeuta?
Es muy arriesgado olvidar que todo profesional de la enfermedad o de la salud puede carecer de algún tipo de información o puede cometer algún fallo , ya que eso es humano.


Por lo que no es conveniente confiar en nadie que crea poseer la panacea. Nadie imperfecto puede actuar con pleno acierto en toda ocasión.

Y algo muy importante es que en muchas ocasiones lo que el paciente necesita es que le escuchen y le manifiesten cariño.

Mientras su cuerpo se recupera por sí mismo del trastorno o desequilibrio que producen las molestias o provocan la enfermedad.

Muchos pacientes se encuentran mejor del problema que padecen cuando salen de la consulta del terapeuta, sin haber recibido todavía ningún tratamiento concreto.

Has de atesorar lo que encuentres razonable y conociendo las leyes que rigen tu vida , responsabilizarte de tus actos y del cuidado de tu persona.




NINGÚN HUMANO PODRÁ CONOCERTE MEJOR QUE TÚ MISMO, SI TE LO PROPONES Y TE ESFUERZAS POR LOGRARLO.



El que no lo intenta, nunca gozará de la autonomía deseada y mientras viva, dependerá en mayor o menor medida de los demás.
Hay algo necesario que agregar y es que pudiera ser que una persona encuentre algo más importante que su bienestar momentáneo y esté dispuesta a perjudicar su salud o arriesgar su vida mientras soporta las circunstancias adversas a que se ve sometida por cumplir con su actitud altruista.
Eso es “harina de otro costal”.

No puede pasarse por alto la libertad que cada persona tiene de emplear su vida de acuerdo con sus creencias respetables.


Pero todavía se puede decir afortunadamente: ¡milagro, aún estamos vivos! 

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