¡OJO CON LOS CAZADORES FURTIVOS!
Entiéndase por “cazadores furtivos” a los individuos que sin capacitación
académica y profesional se atreven a dar consejos
para curar enfermedades poniendo en peligro la vida de los enfermos que creen en sus
promesas y en sus remedios maravillosos, milagrosos y misteriosos.
Curanderos sin escrúpulos ( incultos y sin consideración ni siquiera de la
mujer que les transmitió la vida) que se escudan en que no cobran (para no hacer
factura, ni declaración de beneficios)
Y también médicos con titulación obtenida por enchufe (con diplomas que no han conseguido ocultar sus largas orejas y ellos siguen creyendo que la tierra lo tapa todo) que cuanto más cobran hacen pensar en su valía profesional.
Y también médicos con titulación obtenida por enchufe (con diplomas que no han conseguido ocultar sus largas orejas y ellos siguen creyendo que la tierra lo tapa todo) que cuanto más cobran hacen pensar en su valía profesional.
La experiencia en el mundo de la salud y las enfermedades me ha servido para reconocer que no se debe generalizar en
ningún campo.
Ni todos los curanderos son “brujos”, ni todos lo médicos son “matasanos”.
Desde achacar todas las enfermedades a los espíritus malignos, pasando porque todo o es de origen físico o mental y continuando por los que comercian con la salud y vida de sus semejantes; encontramos de todo, para ganancia de unos y desgracia de muchos.
Ni todos los curanderos son “brujos”, ni todos lo médicos son “matasanos”.
Desde achacar todas las enfermedades a los espíritus malignos, pasando porque todo o es de origen físico o mental y continuando por los que comercian con la salud y vida de sus semejantes; encontramos de todo, para ganancia de unos y desgracia de muchos.
Mi propuesta de una nueva terapia, la SOSTER, estaría coja sin estos
apuntes. Y ¿por qué?
Porque desde que escogí dedicar mi vida a buscar como aliviar el dolor humano he visto de todo, tanto en el campo curanderil y esotérico como en el campo médico y
tecnológico y sufro al recordar las vidas que he visto perderse por la falta de escrúpulos,
de civismo, de dignidad y de amor al semejante de los que engañan descaradamente a
las gentes que van buscando con desespero una solución para su dolor físico, mental,
moral y espiritual.
Y existen lamentablemente, fallos de profesionales responsables que han sido
ocasionados por falta de conocimientos puntuales y de información no disponible
en el pasado.
Que son capaces de pedir una fortuna por unas hierbas digestivas y
diuréticas que la naturaleza cria espontáneamente y que en la herboristería se consiguen
más baratas que el alimento. O que atienden el reclamo de personas que guardan en su
pecho un corazón tan egoísta que desprecian la vida que llevan en su vientre y arriesgan
hasta su vida en manos de los que son “salvadores de la humanidad” en vez de
educadores para conservar la vida y la salud.
No necesariamente hay que ser médico para entender a fondo sobre salud (aunque sí de enfermedades con sus limitaciones).
El que haya médicos que confundan su misión y tomen un camino equivocado no descalifica a la clase médica, por supuesto.
Pero lo que no se concibe es que personas (los que mejor preparados
están) con escasos estudios básicos se pongan a
diagnosticar enfermedades y a tratarlas, prometiendo curación y llamando “esciática” a
un problema braquial (es decir de cervicales, lo he oído y presenciado ).
Menos mal que corren tiempos en que se está acabando con el intrusismo y con la impunidad. Pero los astutos comerciantes y especuladores en el campo de la salud humana, se dedican a buscar alternativas, porque encuentran incautos que buscan curarse sin aprender y sin esfuerzo, ni sacrificios.
Menos mal que corren tiempos en que se está acabando con el intrusismo y con la impunidad. Pero los astutos comerciantes y especuladores en el campo de la salud humana, se dedican a buscar alternativas, porque encuentran incautos que buscan curarse sin aprender y sin esfuerzo, ni sacrificios.
Que todo sea para bien de los que sufren (que somos todos).
Lamentablemente seguirán algunos buscando a los “engañadores”
porque en realidad no quieren reconocer que necesitan hacer profundos cambios en su
vida. No quieren enfrentarse cara a cara con su realidad y buscan el remedio milagroso
que les libre de responsabilizarse de su salud.
Cuando un ciego guía a otro ciego los dos caen al pozo.
Feliz el que despierte a tiempo y abriendo los ojos pueda guiar sus pasos
por el sendero de la salud.
Y se asegure de que no pone en peligro su vida creyendo las promesas
falsas de los que buscan tan solo dinero.
Por mi parte me sentiré satisfecho si mis reflexiones alcanzan el corazón
de algún indeciso y le motivan a tomar acción y así ayudar a otros con su buen ejemplo.